Historia de la construcción de carreteras

Los inicios de Vögele se remontan muy atrás en el tiempo. En 1836, Joseph Vögele fundó una pequeña forja en Mannheim, cerca de la Puerta de Heidelberg. El momento era propicio, ya que solo un año antes se había inaugurado el primer ferrocarril alemán desde Núremberg a Fürth. Joseph Vögele supo detectar las oportunidades que se abrían con la creciente red de ferrocarril. El programa de producción de Vögele abarcó desde muy pronto una amplia variedad, desde agujas hasta mesas de transferencia e instalaciones de maniobra, pasando por puntos de transbordo. A partir de 1890, la empresa obtuvo sus primeros grandes pedidos del Ferrocarril Estatal de Prusia, por ejemplo para la construcción de la estación central de ferrocarril de Fráncfort. Cuando Heinrich Vögele, el hijo del fundador de la empresa, se hizo cargo de la dirección a principios del siglo XX junto con sus hijos Joseph y Wilhelm, Vögele ya se contaba entre las constructoras de agujas de ferrocarril más importantes del mundo. En la década de 1920, Vögele descubrió la construcción de carreteras como campo de negocio. La motorización iba en constante aumento y cada vez había más turismos y camiones en las carreteras. Las empresas constructoras dotaban a las carreteras de capas de hormigón o alquitrán. Puesto que ya había planes para construir autopistas de dos carriles, las constructoras y los fabricantes de maquinaria de construcción esperaban recibir muchos grandes pedidos. Tras 90 años como fabricante de accesorios para el ferrocarril, comenzó para Vögele la época de fabricante de maquinaria de construcción de carreteras.

Ferdinand Kleemann fundó en 1857 un taller de corte de limas en Obertürkheim, cerca de Stuttgart. Pronto fue ampliando su gama de productos: primero con cortadoras de forraje y otros aparatos agrícolas y más tarde también con excéntricas. En 1878, sus descendientes adquirieron una parcela en la Augsburger Straße y construyeron allí un nuevo taller y una fundición. Heinrich, uno de los cuatro hijos de Ferdinand, estableció por matrimonio una relación comercial con un fabricante de Göppingen-Faurndau y se hizo pronto con la dirección de la empresa «Hildenbrand & Söhne». Kleemann descubrió el tratamiento de roca en el año 1902 y, tras la muerte de Heinrich Kleemann, Friedrich y Wilhelm Kleemann fusionaron la empresa Hildenbrand con la propia Kleemann, lo que dio lugar a las «Kleemanns Vereinigte Fabriken Obertürkheim und Faurndau» o «Fábricas Unidas de Kleemann en Obertürkheim y Faurndau». Ese mismo año empezaron a fabricar plantas estacionarias de tratamiento de roca y dieron así el primer paso hacia el mercado de la tecnología de tratamiento de materiales. No obstante, esta área siguió siendo durante mucho tiempo un mero campo de negocio secundario para la empresa. Hasta la Primera Guerra Mundial, Kleemann fabricó machacadoras y molinos de bolas, además de prensadoras de bebida, elevadores y tambores de clasificación. Tras la Segunda Guerra Mundial, la producción en Kleemann solo se retomó lentamente. La empresa no consiguió recobrar la antigua senda del éxito hasta el año 1952. Sus productos principales seguían siendo las máquinas para plantas de tratamiento estacionarias y las plataformas elevadoras hidráulicas. Tras la muerte de Hans Kleemann, en 1966 asumieron las riendas sus hijos Fritz y Johannes. Bajo su dirección, Kleemann empezó a fabricar también plantas especiales y ascensores hidráulicos para instalaciones municipales, pabellones deportivos o piscinas. En el año 1976 se produjo una innovación en la tecnología de tratamiento. Para un cliente de Emiratos Árabes Unidos, Kleemann diseñó por primera vez una trituradora móvil sobre ruedas. Tomó como base para ella la trituradora de mandíbula móvil sobre ruedas que ya se fabricaba en la década de 1950. Oriente Medio fue durante muchos años el principal mercado para las unidades móviles, y en Alemania Kleemann fue evolucionando paulatinamente hasta convertirse en un especialista en plantas de tratamiento estacionarias.

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