La pendiente longitudinal de los circuitos está reglamentada en relación con la velocidad. Así, la recta de salida no debe presentar más de un 2 % de pendiente. Para el drenaje, la pendiente debe ser de entre un 1,5 y un 3 % en sentido transversal a la circulación. El peralte de las curvas no puede exceder el 10 %. El diseño de los circuitos de carreras está pensado sobre todo para que los pilotos se encuentren con recorridos exigentes donde puedan sacar el máximo partido de sus propias habilidades y de la capacidad de sus bólidos.
Para desplazarse a más de 300 kilómetros por hora, naturalmente, es imprescindible que la calzada presente una superficie fabricada con la máxima precisión. Los requisitos en cuanto a nivelación de la calzada y también en cuanto a resistencia a la rodadura son muy altos, puesto que los picos de velocidad y la conducción segura deben ir de la mano.