Llevan meses activos en el valle del Río Blanco: dos compactadores 3412 de HAMM avanzan incansables día tras día para aportar la estabilidad necesaria a una construcción impresionante. Se trata de la barrera sur del embalse de 5 km² de Ovejería, cerca de la localidad de Til Til. La empresa chilena Minería y Montajes Con-Pax S. A. construye aquí un muro gigante de cerca de 3 km de longitud, compuesto casi exclusivamente por arena.
El embalse recoge la ganga que se genera con la obtención del cobre. La extracción del metal rojo brillante se realiza a gran escala, pues Chile cuenta con diferencia con los mayores yacimientos de cobre del mundo. La empresa estatal Codelco obtiene el metal de la mena de cobre mediante un costoso proceso químico-mecánico. Esto genera residuos en forma de ganga, que se acumula en el embalse para un tratamiento posterior. Aquí se piensa y se trabaja en dimensiones gigantescas: cada día se extraen 72 000 toneladas de mineral. El 95% llega al embalse en forma de ganga. Este embalse está limitado por montañas en tres de sus lados. En el lado sur, un nuevo muro cierra este lago artificial. Una gran parte del material de construcción de este muro procede también de la obtención del cobre, pues la arena se extrae de la ganga. El valle de Ovejería lleva nueve años llenándose con ganga. El «lago» que se ha formado tiene una profundidad de 42 m. Con la construcción de la presa ha aumentado notablemente la capacidad del embalse natural. Una vez que se haya terminado el muro, tendrá suficiente capacidad para almacenar ganga durante los próximos 50 años.
El reto: compactar un muro de contención de arena
Actualmente el muro va creciendo día tras día o, mejor dicho, noche tras noche. Cada noche se vierte arena de la cresta de la presa con un contenido de humedad del 16-20 %; al día siguiente, un bulldozer la distribuye y luego la compacta en capas de 20 cm de grosor. Este procedimiento se repite hasta que se alcanzan la altura y la anchura previstas del dique. Una vez que esté completo el muro de contención de 32 m de altura, el talud alcanzará desde la corona hasta adentrarse 130 m en el valle contiguo. Esto da como resultado una pendiente de entre el 22 % y el 30 %. En un primer momento, los chilenos intentaron compactar la arena de la forma tradicional utilizando un bulldozer con un rodillo remolcado. El inconveniente de este método es que, al volver marcha atrás sobre la superficie compactada, la cadena del bulldozer se introducía en la arena y volvía a descompactar el material. Por este motivo, los ingenieros de Con-Pax buscaron un rodillo que pudiese compactar bien la arena no cohesiva y que ofreciese una tracción total incluso con una pendiente de 30°. Inevitablemente, esta búsqueda los llevó a los compactadores de la serie 3000 con Hammtronic de HAMM.
La solución: compactador 3412 con Hammtronic
Estos compactadores pueden considerarse sin miedo como las «cabras» entre las modernas máquinas de compactación. Hammtronic, una sistema de manejo y regulación controlado por microprocesador, supervisa todas las funciones del motor y la marcha. Controla el arranque, el frenado y la velocidad. Además, el control de carga límite evita eficazmente las sobrecargas en el motor. Importante para la utilización en Chile: el sistema inteligente Hammtronic se encarga también de la regulación automática de deslizamiento, supervisa continuamente las ruedas y tambores y adapta en todo momento el par disponible de los motores de accionamiento. De esta forma, la tracción es siempre óptima y se evita eficazmente el deslizamiento de las ruedas independientemente del tipo, perfil y pendiente del suelo que se va a compactar.
Las primeras pruebas en otoño del 2004 convencieron enseguida a los ingenieros. Entusiasmados con el rendimiento de los compactadores, decidieron adquirir dos máquinas con un peso operativo de 12 t. Desde entonces, cada día compactan unos 7400 metros cúbicos de arena. El esquema de compactación prevé 6 pasadas, incluyendo cada una un desplazamiento cuesta arriba y otro cuesta abajo.
El doble de calidad, la mitad de emisiones
El ingeniero civil y director del proyecto Eduardo Araos está entusiasmado con la calidad de la compactación. Con el bulldozer, la compactación era muy irregular, sobre todo en las zonas más empinadas. Gracias a la tecnología de HAMM se ha podido resolver perfectamente este problema. Las pruebas y ensayos confirmaron reiteradamente que el muro presentaba la densidad y consistencia requeridas en todas partes. Los responsables de Con-Pax están también muy satisfechos porque los compactadores procedentes de Alemania son extraordinariamente respetuosos con el medio ambiente y, al mismo tiempo, reducen sus costes operativos: cada uno de los dos compactadores Hammtronic con un consumo de combustible extremadamente bajo sustituyó a dos máquinas con motores de alto consumo. A esto se añade que los compactadores, al contrario que el bulldozer con rodillo remolcado, también compactan en el trayecto de vuelta. Por tanto, son necesarios menos trayectos. En suma, todo esto contribuye a reducir de golpe las emisiones de CO₂ a la mitad.
Máxima disponibilidad
Los compactadores llevan 3 años trabajando continuamente en este proyecto. Con sus 5000 horas de servicio anuales por máquina ofrecen una disponibilidad excelente. En esto son decisivos tres puntos: en primer lugar, el procesamiento sólido y preciso de los rodillos de HAMM; en segundo lugar, el mantenimiento e inspección regulares por parte de Con-Pax y, en tercer lugar, la atención magnífica con know-how y piezas de repuesto por parte de Alejandro Saballa, jefe de servicio de Salinas y Fabres, el distribuidor chileno de HAMM con sede en Santiago de Chile.
Nueva aplicación en la construcción de presas
En Con-Pax han reconocido el potencial de los compactadores HAMM, capaces de subir pendientes elevadas, y apuestan por su eficiencia para proyectos futuros. La capacidad de ascenso de los compactadores HAMM permite nuevas soluciones constructivas a los ingenieros civiles. La planificación actual de nuevas presas lo ratifica: presentan pendientes mayores que hasta ahora gracias a la capacidad de ascenso de los compactadores. La tecnología de HAMM lo hace posible.