Sustituir el pavimento es un procedimiento normal al reparar carreteras. El desafío es asegurar que solamente se remuevan las capas dañadas de la estructura de la carretera y evitar interrupciones innecesarias en el tráfico al mismo tiempo. En estas condiciones, la fresadora en frío es la única opción viable para muchos proyectos de construcción.
La herramienta con la que las fresadoras en frío retiran las capas de la carretera proviene del ámbito de la minería. Las denominadas «picas de vástago cilíndrico», que están alojadas en un rodillo giratorio que hay en el lado inferior de las máquinas, penetran en la carretera exactamente a la profundidad requerida. Para estas picas, ningún material es demasiado duro: las fresadoras en frío son capaces de sanear hasta carreteras de hormigón. Ya sea en asfalto o en hormigón, en un único paso de trabajo conducen el material de fresado directamente a camiones que a su vez lo transportan hasta su destino.
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Muchos conductores se quejan de que las monstruosas fresadoras en frío son el primer vehículo en el atasco, ya que en las zonas de obras el tráfico suele avanzar a duras penas. Sin embargo, pocos se dan cuenta de que las medidas de saneamiento con fresadoras en frío se deben realizar en la gran mayoría de los casos a modo de obra itinerante. Las alternativas serían mucho más costosas. Tanto desde el punto de vista logístico como en cuanto a la velocidad de la obra, el fresado en frío de carreteras no tiene competencia.
No solo hay fresadoras en frío del tamaño de un apartamento, sino que también las hay en formato de turismo. En muchas obras hay máquinas de diferentes tamaños trabajando en equipo, lo que les permite a cada una de ellas desplegar su talento específico: la fresadora grande retira la superficie, mientras que la pequeña se ocupa de fresar la fijación de la carretera en torno a «menudencias» como las tapas del alcantarillado y los bordillos de piedra.
Lo característico de las medidas de saneamiento con fresadoras en frío es que la mayoría de las capas retiradas se deben llenar de nuevo con asfalto, independientemente de si la carretera dañada estaba hecha de asfalto u hormigón. De este trabajo se encargan las extendedoras. Una extendedora permite extender las nuevas capas con rapidez y alta calidad. Gracias a modernos sistemas automáticos de nivelación, es capaz de adaptar la nueva capa de rodadura exactamente al firme previamente existente.
Justo detrás de la extendedora, los rodillos se encargan de la compactación final de la nueva capa asfáltica. Cuando se usan extendedoras y rodillos en las obras de carretera, también los conductores tienen motivos para alegrarse, ya que ahora no suele hacer falta esperar mucho para que el tráfico vuelva a fluir sin impedimentos.
El hecho de que VÖGELE está en sintonía con HAMM ha quedado demostrado en el saneamiento de capas de superficie y en la construcción de carreteras en general.
En una entrevista, Bernd Holl, director de producto de fresadoras en frío en WIRTGEN, explica por qué es tan importante el fresado en frío para el recambio de firmes.
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