La roca en el banco de pruebas
No existen dos rocas idénticas. La tecnología de aplicaciones de Kleemann lo sabe por sus años de experiencia. Para poder contar con valores válidos a la hora de planificar la instalación, las rocas se examinan minuciosamente en el laboratorio. Existen varios métodos de comprobación disponibles.
¿Pipetas, tubos de ensayo y batas blancas? Nada de esto se encuentra en el laboratorio propio de Kleemann. En la sala de pruebas se acumulan piedras grandes y pequeñas de todo tipo, hay polvo y se trabaja. El empleado del laboratorio Anatolij Schlegel deja caer rutinariamente pesos definidos desde una altura definida sobre trozos de roca definidos, acciona la criba, una pequeña machacadora de laboratorio o el tambor de la prueba LA.
¿Cómo se comporta una roca?
¿Qué propiedades materiales tiene la roca en cuestión, reacciona de forma diferente a la presión que a una carga de impacto, qué grado de abrasividad tiene y qué distribución granulométrica resulta? Todas estas preguntas pueden responderse a partir de los resultados de las pruebas de laboratorio.
Para el equipo de ingeniería de aplicaciones y procesos, se trata de una información crucial para la planificación del proyecto: «Para muchos de nuestros clientes, es importante que su producto cumpla una especificación muy concreta. En la mayoría de los casos, deben cumplirse las normas, por ejemplo, para las diferentes calidades de hormigón. Por lo tanto, trabajamos con diferentes procedimientos de prueba para un análisis detallado».
Frank Lebender (a la izquierda) y Anatolij Schlegel (a la derecha) examinando diferentes materiales.
Para comprobar todas las propiedades de los materiales, suelen ser necesarias varias pruebas. La prueba ideal proporciona un resultado esclarecedor con un bajo aporte de material.
Un buen ejemplo de ello es la prueba LCPC: en un cilindro lleno de roca, una placa metálica sólida gira a gran velocidad. El resultado es revelador en dos aspectos a la vez. Por un lado, muestra cómo se rompe la roca y, por otro, los examinadores observan el metal de prueba que gira: cuánto material se ha perdido, es decir, qué abrasividad cabe esperar. «Esta prueba es en realidad nuestra prueba estándar», explica Frank Lebender.
«Para muchos de nuestros clientes, es importante que su producto cumpla una especificación muy concreta».
Frank Lebender, miembro del equipo de ingeniería de procesos y aplicaciones, Kleemann GmbH
No obstante, hay otros procedimientos. Por ejemplo, un ensayo de aplastamiento por impacto, que suele proporcionar información sobre el comportamiento del material bajo cargas cortas y elevadas. El ensayo de resistencia a la compresión, realizado en colaboración con la Universidad de Stuttgart, muestra cómo reacciona una roca ante una presión lenta pero constante.
Todas estas pruebas permiten sacar conclusiones sobre la máquina, que luego podrán utilizarse idealmente para el procesamiento de la roca. Si el material es difícil de triturar y abrasivo, la mejor opción es una combinación de machacadora de mandíbulas y de cono. Asimismo, se puede obtener una previsión de desgaste. Este es un parámetro importante para los clientes, porque cada cambio de herramientas de trituración cuesta tiempo y dinero. Además de comprobar las propiedades del material, el laboratorio también ofrece la posibilidad de que se cree la llamada curva de cribado.
El término «curva de cribado» ya describe en qué consiste la prueba: en una instalación de cribado de laboratorio se apilan diferentes cribas, desde las más gruesas hasta las más finas, y se rellena el material de la muestra. Tras una duración de cribado definida con precisión, el examinador retira las cubiertas de la criba, una por una, y pesa el residuo de cribado de cada cubierta individual. De esta manera, se puede determinar con precisión la composición de los granos individuales de una muestra de roca. Este análisis también es importante para muchos clientes; por ejemplo, cuando se pretende una producción de arena y hay que analizar cuánta arena hay ya en el material de carga. Kleemann también utiliza la prueba con frecuencia para el desarrollo posterior interno, por ejemplo, al comprobar el comportamiento de las instalaciones prototipo.